Cuando Ti West sorprendió al público con Pearl, la precuela de X, no solo entregó una historia de horror sangrienta y fascinante, sino también un homenaje explícito a clásicos del cine que marcaron su imaginario. El propio director reveló en entrevistas que el germen creativo de Pearl nació de su deseo de combinar dos universos aparentemente lejanos: el cine technicolor de los años 30 y 40 y el horror psicológico de películas más oscuras y modernas.
En diálogo con medios como IndieWire y Collider, West explicó que El mago de Oz (1939) fue uno de los grandes faros de inspiración. “Quería que Pearl se sintiera como un cuento de hadas retorcido, con esa estética brillante y saturada del technicolor que asociamos con Oz, pero aplicado a una historia perturbadora”, aseguró. La conexión no es solo visual: la protagonista, Pearl (Mia Goth), comparte con Dorothy un deseo ferviente de escapar de su entorno, aunque el camino que recorre es mucho más sangriento.
Otra influencia clave citada por West fue Lo que el viento se llevó (1939), especialmente por su retrato épico del sur estadounidense, que le permitió construir una granja con aires clásicos y decadentes como el escenario perfecto para el descenso a la locura de Pearl.
Pero no solo se inspiró en los grandes títulos del Hollywood dorado: el director también destacó su admiración por Psicosis (1960) de Alfred Hitchcock, con la que comparte la exploración de un personaje atrapado en un ambiente claustrofóbico, y por el cine de Douglas Sirk (Imitación de la vida, Escrito sobre el viento), que lo llevó a incorporar un melodrama exacerbado y estéticamente sofisticado.
Para el crítico Matt Donato, de SlashFilm, la paleta de colores y la fotografía remiten a Mary Poppins (1964), mientras que el tono macabro recuerda a Carrie (1976), de Brian De Palma. “La genialidad de West está en hacer convivir el encanto del musical clásico con la incomodidad de ver a una asesina en potencia”, escribió Donato en su reseña.
Por su parte, la protagonista Mia Goth declaró a Variety que para componer a Pearl miró filmes como Sunset Boulevard (1950), para capturar la desesperación de un personaje que sueña con la fama pero termina atrapado en su propio delirio.
Con esta mezcla, Ti West no solo creó una película de terror única, sino que logró revitalizar un estilo visual que parecía relegado al pasado, demostrándole al público que los colores vibrantes y los horrores más oscuros pueden convivir en perfecta armonía.